El Profesor Lauro de Oliveira Lima falleció el 29 de enero de 2013. Nosotros, familia, amigos, colaboradores y admiradores, continuaremos a publicar en este blog material extraído de su vasta obra, para que su mensaje pueda alcanzar a más y más personas y, quién sabe, elevar a la Educación a un nivel de excelencia y resultados efectivos en pro de nuestros niños y adolescentes.

Por una educación a través de la inteligencia y abierta para todos los posibles…

miércoles, 15 de julio de 2015

MODERNIZACIÓN DE LAS ARTES TRADICIONALES 2º Parte

Libro: Para qué sirven las escuelas
Autor: Lauro de Oliveira Lima
Editora Vozes
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MODERNIZACIÓN DE LAS ARTES TRADICIONALES

2º Parte

…No se sabe cómo enseñar lenguas, ni la razón del espectacular fracaso de los alumnos en matemática, en todos los tiempos y lugares. En vez de investigar esos problemas objetivos, los cursos de formación de profesores discuten «el carácter político de la educación». ¡Nunca se discute si ese pintoresco problema introducido en el programa surge en la forma embrionaria de la «exploración del hombre por el hombre»! Dominada por soluciones ideológicas de ese tipo, la industria soviética está obsoleta, salvo en el sector aeroespacial. En ese país se dice que «los cohetes funcionan, pero las licuadoras no». Solo ahora, un nuevo líder intenta ser realista con el sistema de producción, incluso «despolitizando» el sistema escolar, cuyo atraso es histórico y universal. ¿Cómo enfrentar el histórico y universal fracaso del proceso escolar? ¿Por qué, en todas las otras «artes tradicionales», aumenta constantemente la eficiencia del proceso y la cantidad y la calidad del producto, mientras que en educación empeoran, a lo largo del tiempo, los resultados, como consta en el reciente informe de la UNESCO? ¡El proceso escolar está muy próximo del arte de la comunicación, donde los progresos tecnológicos (satélites) son, simplemente, espectaculares, sin que esa proximidad haya influenciado, mínimamente, a la didáctica! El profesor es el único profesional que no se esfuerza para demostrar que, en la base de su «arte», existe un acervo de conocimientos científicos, porque aún se confunde el conocimiento (contenido) de una disciplina con el «arte de transmitir» (pedagogía, metodología, didáctica, etc.), utilizando el lenguaje tradicional, porque hoy se sabe que nadie «transmite» nada a nadie. La discusión entre «escuela nueva» y «métodos tradicionales», resucitada por un grupo de académicos anacrónicos, prueba un hecho elemental: el sistema escolar no ha conseguido asimilar los estudios científicos, transformándose en un anacronismo frente a la modernización de las “artes tradicionales».
            Una de las explicaciones es el hecho que la educación comienza con la puericultura: cualquier madre, aún aquella oligofrénica, piensa que tiene derecho de «educar» (es el llamado «instinto materno», responsable por frecuentes infanticidios). En las clases adineradas, se entrega el recién nacido a un agente cuya presencia se generaliza en el proceso cultural denominado canguro, el peor «modelo» de desarrollo mental que puede existir para el niño, la canguro es responsable de la permanencia de la mayor parte de las interpretaciones mágicas  que sobreviven en la mente de la humanidad). El profesor es una canguro sofisticada, con un anillo de esmeralda y un diploma que le garantizan el ingreso en la más grave de las profesiones: el magisterio. ¡Felizmente, nuestros filósofos, al contrario de lo que pasó en la Unión Soviética, no invadieron el arte culinario, la pecuaria, la fundición de metales! ¡Si tuviesen esa oportunidad, aún estaríamos en la prehistoria; pidiendo «Volvamos a los métodos tradicionales»! … ¡El proceso civilizador es la «marcha de la racionalización»: sustitución de la magia, del empirismo y de la intuición por operaciones racionales! Nuestra educación, como en la tribu primitiva, continúa siendo una construcción artesanal elemental, con algunos pases del hechicero. Para entender eso, analice los llamados «planes de clase», piezas elucubradas sin hacer ninguna referencia científica. La nutricionista es quien prepara hoy nuestra alimentación, un técnico que, por hipótesis, conoce las relaciones de la alimentación (contenido) con el organismo (mente). ¡El profesor no sabe nada sobre epistemología del conocimiento (contenido) y sobre los procesos mentales de asimilación (psicología de la inteligencia)! ¡¿Cómo convertir este «tejedor» anacrónico, formado hace más de un siglo en la época en que se inventó el telar?! ¡¿Cómo convencerlo de que no puede competir con la televisión y la computadora?! ¡¿Cómo convencerlo de que la memoria electrónica y los robots subvirtieron las metas históricas del sistema escolar?! ¡¿Cómo convencerlo de que es un fósil superviviente en un mundo transfigurado?! Nadie sabe cómo convencerlo… ¡Nadie consigue convencer al profesor, que él no es suficientemente competente si lo comparamos con el mundo técnico-científico en el que vive! ¿Cómo, entonces, reformar la educación? El periódico «Jornal do Brasil», del 6 de enero de 1988, tenía un titular sugestivo para tratar a los maestros esclerosados: «Desprogramación recupera fanáticos na Espanha». Se trata de un equipo que intenta devolver a los padres sus hijos «secuestrados» por sectas religiosas. ¡El poder público podría crear un servicio parecido para «desprogramar» al profesorado tradicional, incapaz de reciclar su comportamiento profesional, para sintonizarlo con la tecnología y la ciencia actuales!

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