El Profesor Lauro de Oliveira Lima falleció el 29 de enero de 2013. Nosotros, familia, amigos, colaboradores y admiradores, continuaremos a publicar en este blog material extraído de su vasta obra, para que su mensaje pueda alcanzar a más y más personas y, quién sabe, elevar a la Educación a un nivel de excelencia y resultados efectivos en pro de nuestros niños y adolescentes.

Por una educación a través de la inteligencia y abierta para todos los posibles…

jueves, 3 de diciembre de 2015

INTRODUCCIÓN A LA PEDAGOGÍA - Capitulo 1 - Parte 3 (final)

INTRODUCCIÓN A LA PEDAGOGÍA – 2° edición
Lauro de Oliveira Lima
Editora Brasiliense
Capítulo 1
3º Parte
…El niño prosigue su embriología después del nacimiento, ya sea complementando el desarrollo de los órganos y tejidos (como ocurre, sobre todo, con el sistema nervioso), ya sea imitando o inventando modelos de comportamiento (esquemas de asimilación). Así, como no se puede «acelerar» la gestación uterina, no se puede «atropellar» la construcción de los comportamientos, sobre todo porque los comportamientos se forman por diferenciación o composición de comportamientos más elementales, precisamente, como ocurrió en la construcción de los órganos en el útero (construcción secuencial). Por ese motivo tenemos que tener paciencia para «educar» a un niño: acompañar su propio ritmo. El niño no está a disposición del educador para que él haga lo que quiera con él (pedagogía, en griego, quiere decir, «conducirlo», obedeciendo sus procesos embriológicos). No se puede enseñar cualquier cosa al niño de cualquier edad: cada «aprendizaje» depende del grado de desarrollo alcanzado por el niño, hecho que complica, enormemente, la elección de las situaciones que presentamos a los niños como estímulo pedagógico. ¡Cómo los niños han sufrido, a través de la historia, porque queremos que ellos adquieran comportamientos incompatibles con su embriología! ... Es, más trágico aún: ¡cuántos comportamientos no son adquiridos porque no creamos situaciones adecuadas para su construcción, en el momento apropiado de la gestación (cada comportamiento tiene su época propia para formarse durante el desarrollo, momento ese que, una vez que se ha perdido, jamás volverá a presentarse)! Durante milenios, la educación de los niños fue totalmente aleatoria. Solo recientemente (Piaget), se empezó a entender la embriología del ser humano, transformando la educación en un proceso científico.
En síntesis, todos los seres vivos son sistemas abiertos cuya sobrevivencia depende del medio. Para asimilar el medio, los organismos usan el comportamiento (instintivo, habitual o inteligente). En el caso particular del ser humano, el comportamiento nunca es instintivo (salvo, para algunos «montajes hereditarios» denominados reflejos): o es un automatismo resultante de la imitación o es una repetición o una estrategia inventada. Para adquirir nuevos comportamientos (hábito o estrategia inteligente), el organismo parte siempre de comportamientos anteriores, de tal modo que todo nuevo comportamiento es una modificación de comportamientos ya existentes. La construcción de nuevos comportamientos ocurre a lo largo de la asimilación de la realidad: cuando los esquemas son insuficientes para asimilar la realidad, el organismo (mente) se ve forzado a estructurar esquemas más complejos y diversificados (acomodación). Solo surgen nuevos comportamientos cuando el organismo (mente) está en actividad asimiladora. Son los obstáculos encontrados por la asimilación posibilitan la construcción de nuevos esquemas. El propio organismo – por determinación del código genético – crea las dificultades (problemas) para resolver, al buscar asimilar toda la realidad (la realidad es un permanente obstáculo para la asimilación). El desarrollo del ser humano solo se concluye con la «apertura para todos los posibles» (apertura que forma parte, como posibilidad, de su código genético). La pedagogía es un esfuerzo técnico-científico de crear condiciones para que el ser humano realice, embriológicamente, todas sus posibilidades. Con ese objetivo, el educador complexifica, progresiva e secuencialmente, las situaciones para que el niño se vea forzado a crear comportamientos adaptativos, con el cuidado de adecuar, cualitativa y cuantitativamente, las situaciones al momento embriológico (competencia), lo que hace necesario un aumento de la complejidad de esas situaciones (el nacimiento es un ejemplo del aumento de la complejidad de la situación en que el organismo vivía). Cuando la complejidad alcanza cierto nivel, el pedagogo, aunque lo desee, no puede recurrir más a los hábitos (inteligencia corta), tiene que utilizar la inteligencia (apertura para todos los posibles). Después de milenios de «educación a través de los hábitos», la humanidad descubrió que, desde pequeñito, el niño puede ser «educado por la inteligencia», modelo de comportamiento propio de su especie. Pero, modificar el proceso no es simple ni tranquilo: una sangrienta batalla se traba, en este momento, en las escuelas entre la tradición de miles de años de ejercitación y el nuevo modelo de educación creativa.