El Profesor Lauro de Oliveira Lima falleció el 29 de enero de 2013. Nosotros, familia, amigos, colaboradores y admiradores, continuaremos a publicar en este blog material extraído de su vasta obra, para que su mensaje pueda alcanzar a más y más personas y, quién sabe, elevar a la Educación a un nivel de excelencia y resultados efectivos en pro de nuestros niños y adolescentes.

Por una educación a través de la inteligencia y abierta para todos los posibles…

martes, 30 de junio de 2015

MODERNIZACIÓN DE LAS ARTES TRADICIONALES 1º Parte

Libro: Para qué sirven las escuelas
Autor: Lauro de Oliveira Lima
Editora Vozes
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MODERNIZACIÓN DE LAS ARTES TRADICIONALES

1º Parte
            La humanidad elaboró, a lo largo de las eras, una serie de «artes» (técnicas) correspondientes a sus necesidades básicas: el arte culinario, la agricultura, la cerámica, la pecuaria, el arte textil, la arquitectura, la ingeniería, la puericultura, la medicina… y la educación. Gran parte de la evolución civilizadora (cultura) se basa en la simple sustitución progresiva de modelos de acción empírica por modelos tecnológicos basados en estudios científicos (influencia de la racionalidad en el comportamiento práctico). La modernización consiste, pues, en dar bases científicas a esas actividades y en inventar nuevas técnicas que hagan que el proceso de producción sea más eficiente, eficaz y económico. Los cambios ocurridos durante los últimos siglos, en esas viejas «artes» fueron espectacularmente drásticos y acelerados. La invención del telar, por ejemplo, produjo, casi por sí sola, la «revolución industrial» (procesos mecánicos de tejer). Lo mismo está sucediendo, por ejemplo, en la agricultura, en la pecuaria, en la arquitectura. Pero, donde la ciencia y la tecnología subvirtieron profundamente un «arte tradicional» fue en la medicina (la expectativa de supervivencia pasó de 27 años, en Roma, para casi 80 años, actualmente, en Estados Unidos). La medicina se transformó en «ingeniería genética», manipulando el propio núcleo de la vida a través de la «biología molecular». El médico (función ejercida hasta por los peluqueros, que funcionaban como cirujanos) precisa, hoy, ser un científico (por lo menos, los científicos formulan las técnicas que el médico común aplica, a veces sin entender mucho lo que sucederá en el organismo). Hechos parecidos pueden encontrarse en la evolución de casi todas las «artes tradicionales», incluso en el «arte culinario». ¡Menos en la educación! Comparadas con los modelos usados en la «iniciación tribal», (prehistoria), en Roma, en Esparta, en la Edad Media, antes de la Revolución Francesa, la pedagogía, la puericultura, la didáctica, el proceso escolar y la metodología no presentan diferencias hoy. Al contrario: el «fracaso escolar» (histórico y universal) parece que aumenta mientras el tiempo pasa (reprobación, evasión, bajo rendimiento, pérdida de conocimiento, fraude, etc.). La investigación científica (psicología, biología, genética, epistemología genética, neurología, etc.) no influye en la tecnología educacional. El profesor, agente de la educación, se comporta, hoy, como un simple artesano tradicional, repitiendo habilidades inmemoriales. Si Aristóteles (450 a.C.) volviera al mundo, verificaría que los profesores repiten, aún, su modelo (peripatético) de dar clase, en la parafernalia de un universo dominado por la sofisticada tecnología. Eso en la mejor hipótesis, pues un grupo de  iniciados (conocimientos infusos) propone ahora las más pintorescas actividades , como si eso fuera «educación»: espontaneísmo, escuela salvaje, ortofrenia, psicoanálisis, logopedia, educación artística, educación popular, pedagogía del amor, etc., abandonando totalmente los intentos tradicionales de enseñar (contenido) y de entrenar (habilidades), de tal modo que, alarmado, un grupo de educadores simplemente predica el «el retorno a la pedagogía antigua», por lo menos como estrategia  (curvatura de la vara) para retomar el sentido común (la finalidad indiscutible de la escuela es enseñar). Fuimos de los procesos empíricos tradicionales para las fantasías modernas del pensamiento mágico (el despertar de los magos). No me admiro. En la medicina también existen profesionales que miran hacia atrás, a pesar de que algunos usan «marcapasos», drogas para desobstruir las coronarias, puentes de safena, muchos que contrajeron una inmensa deuda con la medicina moderna, no habiendo medios de convencerlos sobre las sandeces de las soluciones mágicas que proponen, lo que equivale a la curandería atávica (recientemente, un científico compatriota se sometió, en público, a la práctica de dos hechiceros indígenas). ¿Por qué el proceso educacional no se moderniza, utilizando la ciencia y la tecnología, los instrumentos de eficiencia y eficacia? ¿Por qué el «fracaso escolar» aumenta en vez de disminuir, al contrario de lo que ocurre en todas las otras «artes tradicionales»? Por hipótesis (solamente por hipótesis), el magisterio (los agentes de la educación) debería dominar las más recientes y complejas conquistas científicas y tecnológicas de la humanidad, para transmitirlas a las nuevas generaciones, como era habitual en la prehistoria, a través de la «iniciación tribal» (la educación continúa siendo una «iniciación tribal») – por lo menos es la tarea que la sociedad le atribuye al magisterio: enseñar contenidos. El profesor debería ser el transmisor de las mejores conquistas de la «tribu», ¡cómo en la prehistoria! Pero, cotejando ese grupo profesional con los otros (médicos, agrónomos, nutricionistas, ingenieros, etc.), se verifica que es el grupo menos informado sobre la investigación científica, sobre todo la investigación referente a su área profesional (psicología, biología, genética, historia del conocimiento científico, epistemología genética, etc.). Aún hoy (problema que existe desde la antigua Grecia y la antigua Roma) no se sabe cómo alfabetizar a los niños. Existen centenas de métodos conflictivos, manteniendo el fracaso escolar en el mismo nivel histórico…

(continuará…)

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