El Profesor Lauro de Oliveira Lima falleció el 29 de enero de 2013. Nosotros, familia, amigos, colaboradores y admiradores, continuaremos a publicar en este blog material extraído de su vasta obra, para que su mensaje pueda alcanzar a más y más personas y, quién sabe, elevar a la Educación a un nivel de excelencia y resultados efectivos en pro de nuestros niños y adolescentes.

Por una educación a través de la inteligencia y abierta para todos los posibles…

martes, 9 de abril de 2013

CÓMO MOTIVAR A LOS ALUMNOS



(Capítulo 16 – “Escola Secundária Moderna” - Lauro de Oliveira Lima)

Motivación es el estado psicológico que corresponde al sentimiento de una necesidad. Proviene, por lo tanto, de un desequilibrio homeostático interno, cuya requilibración se realiza a través de la acción motora o simbolizada (representada).
         El único medio de provocar motivación es crear una necesidad de acción, o sea, provocar un desequilibrio homeostático orgánico o psicológico. La duda y el problema son desequilibrios motivadores de la reflexión.

  1. Todas las técnicas de participación - apelando como apelan para la actividad - son, ipso facto, motivadoras. La participación genera la necesidad de equilibrio (adaptación al medio).
  2. Pero es necesario no olvidar que “nada es tan interesante por sí mismo”. Solo lo que corresponde a la satisfacción de una necesidad despierta interés. La necesidad puede ser, simplemente, el ejercicio funcional. Todo esquema de acción (real o simbólico) tiende a funcionar, por definición, o sea, tiende a “alimentarse”.
  3. El ejercicio funcional puro y simple de un tipo de actividad psicológica de crecimiento (primero la repetición, después la representación, enseguida la verbalización, después la inteligencia motriz, intuitiva y, finalmente, el pensamiento operatorio) es, en sí, una fuente de motivación. Técnicas didácticas que a ellas correspondan causan placer y son interesantes. Para cada etapa del desarrollo infantil hay una motivación. En la primera infancia la repetición motiva más que un problema.
  4. Un obstáculo para la realización de un deseo o propósito es siempre motivador, siempre que no parezca que imposible de transponer. Por eso a los niños les gustan las adivinanzas, enigmas, rompecabezas, etc. Lo correcto es presentar, los temas en forma de situación problema o problema piloto. La resistencia del medio (si no fuera inhibidora) aumenta las cargas energéticas de cada acción.
  5. Cuidar de crear en los alumnos valores que orienten su actividad. El ser humano no se esfuerza sin objetivos. La propia valoración de los objetivos aceptados es una poderosa fuente de motivación. Los valores son los reguladores afectivos de la energética de la acción.
  6. La futura profesión es el interés al cual el profesor puede relacionar las actividades didácticas con toda probabilidad de éxito por ser una fuerza motivadora. Hacer que los alumnos relacionen su disciplina con la futura profesión. El ser humano es capaz de motivarse con una acción que tiene carácter anticipador de una adaptación futura.
  7. El casamiento y la crianza de los hijos es un interés altamente motivador en la adolescencia. Si la disciplina tiene alguna relación con este aspecto vital, los alumnos, fácilmente, se entusiasmarán por la misma. La nutrición, protección y reproducción son necesidades básicas cargadas de alto poder motivador.
  8. Descubra el ideal de cada alumno, sea cual sea, y muéstrele que la disciplina podrá ayudarle a realizarlo. Si se convence de este hecho, su tarea será grandemente simplificada. Lo ideal es un sistema de valores que informa todo el comportamiento del individuo.
  9. Si se provoca el hambre del individuo, fácilmente se conseguirá que coma: haga que el trabajo escolar parece siempre una necesidad para el alumno. El trabajo del profesor es provocar el “hambre intelectual”.
  10. Cuando algo en la actividad no parezca interesante para el alumno, transfórmelo en un medio para alcanzar un fin deseado. Consiga que los niños se interesen por libros, que aprenderán a leer. Es un hecho corriente hoy que los niños aprendan a leer solos, con la televisión.
  11. Si los alumnos le quieren bien, ya consiguió mucho. Si, además, le admiran, su tarea de profesor será un gran éxito. Los alumnos no estudian las disciplinas de los profesores que son les son antipáticos. Para que se muestre contento, crearán intereses por sus intereses (los del profesor).
  12. Antes de querer ser un sabio, todo alumno desea ser amado. Muestre que se interesa, personalmente, por el alumno y él, para no decepcionarlo, hará todo el esfuerzo necesario para el aprendizaje. La aprobación del maestro puede ser un decisivo factor de motivación (equilibrio afectivo).
  13. La Dinámica de Grupo es la propia fuerza magnética que da las líneas de conducta del adolescente. Trabaje en la base del equipo y esta extraordinaria fuerza motivadora estará al servicio de su disciplina. El adolescente vive la “edad de la gracia social”. Las determinaciones del grupo son sagradas para él (temor del aislamiento).
  14. El deseo de aprobación domina como fuerza motivadora todo el crecimiento psicológico. Esté siempre atento para aprobar los buenos resultados de sus alumnos. No observe mucho las fallas. Descubra en todo los aspectos positivos y dé todo el énfasis a ellos. El elogio honesto y sincero es una poderosa fuerza motivadora desperdiciada por los educadores.
  15. Su optimismo y entusiasmo, fácilmente contaminan la clase. Si no posee estas cualidades, podrá ser un elemento altamente pernicioso para la juventud. No olvide que los alumnos (que creen en usted) buscan adaptarse a su estado de espíritu.
  16. La emulación, principalmente de equipos, transforma la actividad didáctica en un reto motivador. Pero no exagere ese recurso, que puede matar el espíritu de solidaridad. La emulación crea la cohesión en el grupo frente al otro grupo. La cohesión da poder motivador al grupo.
  17. Premios y castigos son elementos de motivación, siempre que no sea indiscriminadamente usados y correspondan a la verdadera capacidad de los alumnos. Pero no olvide que son un desvío del objetivo principal, pudiendo adquirir fuerza motivadora propia que bloquea el objetivo verdadero que es el aprendizaje. El alumno puede aprender a trabajar solo mediante premio y castigo.
  18. No hay trabajo escolar sin atención. Los recursos audiovisuales son poderosos elementos para garantizar la continuidad del interés e inhibir la dispersión de los reflejos de atención. Pero no olvide que ellos no van más allá de esta etapa elemental (percepción concentrada). El encadenamiento del razonamiento es que el verdadero polarizador de la atención mental.
  19. La “escuela”, como se presenta actualmente es, puede decirse, una “síntesis de la vida”. Por eso la actividad didáctica es, probablemente, fuente de conflictos delante de las solicitaciones de la vida moderna. Los alumnos consideran una “mortificación” frecuentar la “escuela”.
  20. Delante del conflicto “vida x escuela” (actividad espontánea x actividad sistemática y dirigida), el alumno puede apelar para uno de los conocidos mecanismos de derivación, tornándose un alumno problema (transferencia - represión - racionalización - compensación - sublimación - regresión - devaneo - agresión – etc.). Los mecanismos de defensa son el recurso que la mente usa para sobrevivir...
  21. No solo aparecen con relación a la escuela y a la vida conflictos de dupla atracción, que son resueltos con el esfuerzo de la motivación, como ciertas prácticas escolares pueden causar un conflicto de atracción-repulsión, profundamente traumatizantes para el adolescente, cuando las actividades didácticas están asociadas a castigos. la escuela debe presentarse como un estímulo al desarrollo, jamás como un ascetismo.
  22. Cada actitud de derivación debe ser analizada para llevar al alumno a la auto-resolución del conflicto, lo que puede hacerse con las técnicas de psicoterapia de grupo o de grupo análisis. Por veces, quien debe cambiar es la escuela y no el alumno.
  23. Todos los recursos que provocan “reflejos de atención” son útiles para provocar el interés, más son generalmente, de poca persistencia en su mantenimiento. La atención así obtenida no es suficiente como fuerza motivadora. La actividad es la que concentra la atención y no los recursos que apelan para la percepción.
  24. Las “opiniones” del medio social y del propio alumno sobre el estudio, en general, y la disciplina, en especial, son un factor básico en el proceso motivador. Convenza, pacientemente, al aluno de la importancia del trabajo que realizará. ¿Si un vendedor ambulante es capaz de convencer a un adulto a comprar, usted no consigue que su alumno estudie?
  25. Mientras el alumno no adquiere actitud favorable al trabajo escolar, todos los esfuerzos del profesor para hacerlo aprender son frustrados. Crear en el alumno disposición para aprender es condición indispensable de motivación. Motivado, el alumno dispensa al profesor que se transforma en una fuente de información y orientación.
  26. Solo una adhesión afectiva (gustar, por ejemplo) al trabajo escolar lo transforma en deseable. El aprendizaje no puede ser una mortificación. El esfuerzo mortificante solo se produce cuando ya se estableció un poderoso ideal. Los jóvenes tienen un ideal “difuso” que no los conduce a ningún esfuerzo específico, excepto los que están vinculados con su propia funcionalidad (actividades lúdicas).
  27. Si un propósito firme y deliberado no se produce en el alumno – o sea, una automotivación intrínseca - las técnicas de motivación tendrán que apelar para fuerzas circunstanciales y, principalmente, intermediarias, lo que redunda en un conflicto entre los objetivos del profesor y los objetivos del alumno.
  28. Las resoluciones (propósitos) tomadas en situación grupal tienen mucho mayor fuerza motivadora que las meramente individuales. Siempre que una dirección de actividad pueda ser obtenida por resolución de grupo, no debe ser presentada como “orden”. Los alumnos deben participar de la planificación escolar.
  29. Todo lo que parece orden e imposición crea un sentimiento de rebeldía, aunque la conducta externa demuestre sumisión. El adolescente quiere aprender a dirigir su propia vida, lo que es un derecho natural. La resistencia debe ser vista como algo saludable.
  30. No juzgue que es perder tiempo trasmitir al alumno los problemas de la realidad en conexión con el trabajo escolar. El adolescente está profundamente interesado en ellos, ya que está en la etapa de integración social. Cree, emocionalmente, niveles de aspiración elevados, que se transformarán en fuerzas motivadoras. Siempre que las clases parezcan referirse a problemas vitales o sociales, la motivación surge espontáneamente.

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