Reportaje a
Jean Piaget
Revista Primera Plana
28 de enero de 1969
28 de enero de 1969
Un aporte de Héctor
Álvarez
1º parte
¿Qué es la inteligencia?
¿Cómo se desarrolla en el niño? ¿Está vinculada al nivel social? Nadie mejor
cualificado para responder esas preguntas que el suizo Jean Piaget, 72 anos1,
célebre en el mundo entero por sus trabajos sobre el tema. La revista
L'Express, asociada a Primera Plana, entrevistó al científico. Fue una
excelente oportunidad para conocer sus opiniones sobre puntos importantes como
el psicoanálisis o el significado final de su actividad como investigador.
Doctorado en ciencias, apasionado por la epistemología y la lógica, su vocación
por detectar los puntos más importantes que acompañan la aventura del
conocimiento humano lo convirtieron en un «psicólogo» de relevante influencia
sobre esa disciplina. A sus admiradores les gusta recordar que a los 10 años
publicó un artículo sobre cierta clase de golondrina albina que asombró a los
especialistas; que antes de cumplir los 15 años, sus artículos sobre moluscos
eran conocidos en toda Europa. Más apasionante resulta sumergirse en su obra
comenzando por la trilogía que forman: El nacimiento de la inteligencia (1936),
La construcción de lo real (1937) y la Formación del símbolo (1945). Seguida
por un abrumador reguero de libros, conferencias y por su tarea docente en La
Sorbona y la Facultad de Ciencias de Ginebra.
Usted es un biólogo —por lo tanto un científico— que
hace psicología.
¿Cree usted que la psicología es una ciencia exacta?
¿Cree usted que la psicología es una ciencia exacta?
No se puede hablar de ciencia exacta en un sentido
absoluto. Existen todos los matices entre las ciencias realmente exactas —que
son las disciplinas formales como las matemáticas o la lógica— y las ciencias
experimentales. La física es mucho más exacta que la psicología; obviamente, la
biología también. Pero creo que entre la experimentación en paleología y la
experimentación en biología hay continuidad.
1. Falleció con 84 años de edad.
Pero, para usted, ¿la psicología es una ciencia?
Sí, porque una ciencia es, sobre todo, una disciplina
en la cual se pueden delimitar los problemas, disociarlos. En tanto que en
filosofía, por ejemplo, todo está relacionado. Esta delimitación permite
controlar y, a partir del momento en que hay control y que los investigadores
pueden corregirse unos a los otros y realizar aproximaciones sucesivas, encontrando
algo más exacto, se tiene una ciencia experimental.
Usted ha experimentado sobre todo con chicos. ¿Ha
descubierto constantes en número suficiente como para definir reglas generales?
La verdad es que, después de 40 años en este oficio,
me siento cada año, cada semana, más sorprendido por la coincidencia de algunas
respuestas. Cuando abordamos un tema nuevo, encontramos respuestas que aparecen
regularmente entre los 5 y 6 años, otras entre los 7 y 9. Entre 9 y 11 y en la
preadolescencia. Cuando se interroga a algunos chicos, puede estarse casi
seguro de que encontrarán las mismas respuestas indefinidamente.
Indefinidamente, ¿dentro de una cierta categoría de
chicos de raza blanca en la sociedad suiza?
¡Claro! Pero el gran problema es el de los estadios
psicológicos. Se descubren etapas de formación que pueden describirse en su
orden de sucesión. Al cambiar de sistema cultural, se encuentran, por supuesto,
aceleraciones y retardos, pero el orden de sucesión es siempre el mismo.
Por ejemplo: nuestros colegas canadienses, Pinard, Laurendeau y Boisclair, retomaron las pruebas sobre los chicos de la Martinica: una buena experiencia, porque los escolares de la Martinica siguen el programa francés hasta el fin del primario. Y bien, ellos comprobaron un atraso de cuatro años promedio en la formación de operaciones lógicas con respecto a los resultados obtenidos en Ginebra, París o Montreal. Pero el orden de sucesión era el mismo.
Por ejemplo: nuestros colegas canadienses, Pinard, Laurendeau y Boisclair, retomaron las pruebas sobre los chicos de la Martinica: una buena experiencia, porque los escolares de la Martinica siguen el programa francés hasta el fin del primario. Y bien, ellos comprobaron un atraso de cuatro años promedio en la formación de operaciones lógicas con respecto a los resultados obtenidos en Ginebra, París o Montreal. Pero el orden de sucesión era el mismo.
¿Y por qué esos cuatro años de diferencia? ¿Cómo los
explica?
Sí, se deben a la indolencia del medio social adulto.
En ese caso, llegamos a la sociología.
Por supuesto, el medio social es fundamental. Pero
menos que el proceso biológico. Porque esta sucesión de estadios, cada uno
necesario para la formación de los siguientes, se asemeja a la embriología.
Si el medio social es fundamental, entonces es cierto
que no hay igualdad escolar desde el momento en que no hay igualdad social.
Es verdad en cuanto al nivel cronológico, no es verdad
en cuanto a la sucesión de estadios. En Estados Unidos, por ejemplo, ciertos
tests fueron modificados para eliminar el «cociente intelectual» como medida de
inteligencia; se dieron cuenta de que ese era siempre inferior en los sujetos
de clases bajas. En cambio, si se utilizan pruebas para medir el desarrollo de
la inteligencia, como nosotros nos esforzamos en hacer, los encuestados
presentan siempre un nivel parejo.
Pero, ¿qué es la inteligencia?
Es la capacidad de adaptación a situaciones nuevas.
Es, ante todo, comprender e inventar.
¿Cómo están ligados la inteligencia y el nivel social?
El desarrollo de la inteligencia supone que el
individuo tenga intereses y curiosidades. Si el medio social es rico en estimulaciones,
si el chico vive en una familia donde se plantean ideas y problemas, habrá un
avance en el desarrollo; si el medio social desconoce esos elementos habrá,
forzosamente, un atraso.
En suma, la inteligencia sería como un músculo, a
fuerza de entrenarlo se lo perfecciona.
Claro, pero se necesita un mínimo de capacidad. Lo que
no sabemos es lo que le asegura al individuo ese mínimo de posibilidades y
potencialidades.
¿Cuáles son los estadios de desarrollo de la
inteligencia?
Antes del lenguaje existe una inteligencia sensorio-motriz.
Es una inteligencia práctica que comprende las conductas instrumentales:
apropiarse de un objeto apoyado sobre una alfombra tirando la alfombra hacia sí
mismo, utilizar un palo para aproximar un objeto…
Más o menos el nivel de inteligencia de un mono.
Sí. Después, hacia los dos años, aparece con el
lenguaje la función semiótica, es decir una inteligencia representativa pero
que no se convierte aún en operaciones en el sentido limitado con que se define
este término: o sea como acción interiorizada y reversible, a la manera de la
suma y la resta, que son la inversa una de la otra y, sobre todo, como la
coordinación de estructuras de conjunto, al modo de los grupos en matemáticas,
las redes y las clasificaciones, etc.
Desde los siete años, el niño consigue realizar estas operaciones, hasta ese momento ha estado en un estadio preoperatorio y la reversibilidad operatoria se traduce, en particular, en un fenómeno muy nítido: la conservación. Antes de las operaciones, la no conservación, después de las operaciones, la conservación de cantidades, de conjuntos, del peso.
Desde los siete años, el niño consigue realizar estas operaciones, hasta ese momento ha estado en un estadio preoperatorio y la reversibilidad operatoria se traduce, en particular, en un fenómeno muy nítido: la conservación. Antes de las operaciones, la no conservación, después de las operaciones, la conservación de cantidades, de conjuntos, del peso.
¿Por ejemplo?
Bueno, para experimentar sobre la conservación se
toma, por ejemplo, una pelotita de plastilina y se le da forma de salchicha. El
niño que observa el experimento dice que hay más plastilina porque la salchicha
es más larga o que hay menos porque es más delgada. Esto hasta los 7-8 años.
Pero cuando accede a la conservación de la sustancia, no acepta todavía la del peso. Él dirá: «La salchicha tiene la misma cantidad de plastilina, sí pero con todo es más pesada porque es más larga». O bien: «es menos pesada porque es más delgada».
Hacia los 9-10 años llega a la conservación del peso pero no admite la del volumen. Si se coloca la pelotita en un vaso con agua, el chico observa la elevación subsiguiente del nivel del agua, pero pensará que la salchicha causaría una elevación del nivel aún mayor porque es más larga. Esos estadios se desarrollan en un orden preciso.
Pero cuando accede a la conservación de la sustancia, no acepta todavía la del peso. Él dirá: «La salchicha tiene la misma cantidad de plastilina, sí pero con todo es más pesada porque es más larga». O bien: «es menos pesada porque es más delgada».
Hacia los 9-10 años llega a la conservación del peso pero no admite la del volumen. Si se coloca la pelotita en un vaso con agua, el chico observa la elevación subsiguiente del nivel del agua, pero pensará que la salchicha causaría una elevación del nivel aún mayor porque es más larga. Esos estadios se desarrollan en un orden preciso.
¿Qué papel juega la afectividad en todo esto?
La afectividad pienso que es fundamental para animar,
es el motor. Hay que interesarse en una cosa para ocuparse de ella. Hace falta
una carga afectiva, pero no creo que modifique las estructuras de la
inteligencia.
¿Hay también niveles de desarrollo de la afectividad?
Claro, pero son menos definidos. En los bebés se
produce un precioso fenómeno que he estudiado. El bebé, al principio, no tiene
la noción del objeto. Si se le da algo que le interesa, tiende la mano para
agarrarlo y si, en seguida, se recubre el objeto, retira su mano; cree que ha
sido reabsorbido. Pero hacia los nueve o diez meses, comienza a levantar la
pantalla y a mirar por detrás. Y eso coincide con lo que Freud llama el interés
«objetal», es decir el interés por las personas.
Con todo, la sucesión de estadios es menos sistemática, hay alteraciones en las series y no siempre se cumple el mismo orden de sucesión. Los estadios freudianos —el estadio oral, el anal, etc. — no son estructuras comparables a las etapas de la inteligencia, que se integran unas a otras. Son caracteres dominantes que juegan papeles en todos los niveles. Son menos definidos.
Con todo, la sucesión de estadios es menos sistemática, hay alteraciones en las series y no siempre se cumple el mismo orden de sucesión. Los estadios freudianos —el estadio oral, el anal, etc. — no son estructuras comparables a las etapas de la inteligencia, que se integran unas a otras. Son caracteres dominantes que juegan papeles en todos los niveles. Son menos definidos.
Continúa…
No hay comentarios:
Publicar un comentario