El Profesor Lauro de Oliveira Lima falleció el 29 de enero de 2013. Nosotros, familia, amigos, colaboradores y admiradores, continuaremos a publicar en este blog material extraído de su vasta obra, para que su mensaje pueda alcanzar a más y más personas y, quién sabe, elevar a la Educación a un nivel de excelencia y resultados efectivos en pro de nuestros niños y adolescentes.

Por una educación a través de la inteligencia y abierta para todos los posibles…

sábado, 3 de octubre de 2015

PARA QUÉ SIRVEN LAS ESCUELAS - Cap. 2 - Parte 1

PARA QUÉ SIRVEN LAS ESCUELAS
Lauro de Oliveira Lima
Ed. Vozes
2
1º Parte

EL MAYOR CIRCO DE LA TIERRA

En el Estado de Río de Janeiro casi dos millones de alumnos están matriculados en los cursos preparatorios para el examen de ingreso a la universidad, lo que exige más de 50 mil profesores y otras tantas clases, agrupadas en cerca de 4 mil cursos.

Durante una entrevista (abril de 1989), el Secretario de Educación de Río de Janeiro dijo que el estado tiene 100 mil profesores, de los cuales 25 % no estaban ejerciendo la función de profesores (deformación administrativa presente en todos los Estados de la Federación). El Estado de São Paulo gasta 82 % de todos sus recursos (1982) con personal para mantener 4 millones 800 mil alumnos en casi 6 mil escuelas. Podemos imaginar la compleja y enmarañada tela burocrática que se necesita para poner en funcionamiento esa inmensa multitud de alumnos, profesores, directores, supervisores, delegados, cocineras, servidores, guardias, funcionarios burocráticos, orientadores, inspectores, bedeles, nutricionistas, dentistas, psicólogos, médicos, vigilantes, bibliotecarios, archiveros, animadores, secretarias, etc., etc., etc., en permanente proceso de transferencia, jubilación, asistencia médica, licencias, requisición por parte de otros órganos, todo corrompido por una política torpe. El magisterio es el mayor cuerpo de funcionarios públicos. Es compresible que en el mismo interfieran, preferencialmente, los políticos que aseguran su posición utilizando el tráfico de influencia. Millares de profesores permanecen indefinidamente fuera del trabajo, protegidos por esos políticos.

Cerca de veinticinco mil profesores están «a disposición» de políticos, en el Estado de Río de Janeiro. Multiplique ese número por lo que ocurre en los otros Estados… y tendremos doscientos, trecientos mil profesores ¡que reciben su pago para no hacer nada!... Las escuelas fueron transformadas, recientemente, en comedores, en los cuales se sirven 50 millones de comidas diarias, actividad que, de por sí, absorbe la mayor parte de la actividad escolar diaria, sin sobrar casi tiempo para los trabajos escolares. Solo en el Estado de São Paulo son 250 oficinas cuya función es accionar el engranaje burocrático cuando un grifo no funciona en alguna unidad perdida en la frontera.

A partir de esos datos, de dos Estados, podemos evaluar la complejidad del sistema escolar del país. Para financiar ese inmenso engranaje el Poder Público invierte 18 % del presupuesto de la República y 25 % del presupuesto de los Estados y de los municipios. ¡Es la inversión más cara para la comunidad! (impuestos). Se indaga hoy, si ese gasto produce retorno. Difícilmente se encontrarán, en el sistema internacional de producción, empresas de tal magnitud. Es evidente que un aglomerado de ese porte no puede ser «gobernado», funciona burocráticamente, según la ley de la inercia. Debido a la imposibilidad de reciclar y actualizar continuamente al personal el sistema es obsoleto y refractario a todo cambio modernizador. La inmensa máquina, sin control, generada desorganizadamente por un sindicalismo clasista, sin ninguna sensibilidad para los reales objetivos del sistema (educar a las nuevas generaciones), cuida, exclusivamente, de sus propios intereses (reclamación salarial), distanciándose, progresivamente, de sus finalidades. La vulnerabilidad del sistema al tráfico de influencia y a las presiones recibidas por parte de los profesores para escapar de sus obligaciones funcionales, con vacaciones, licencias, disponibilidad, enfermedades ficticias, cursos irreales, transferencias, faltas, jubilación, dando clases sin calidad, etc. Los payasos de este gran circo disputan entre sí para ver quién engaña mejor a la platea (el pueblo brasileño).

La tentativa de controlar ese desarticulado monstro produce esclerótica burocracia, que impide su funcionamiento y crea un estado permanente de carencia de recursos y de decadencia material. De esa forma, la red del sistema escolar, frecuentemente depredada por grupos de delincuentes, vive en constante estado de deterioración y sin funcionamiento de sus instalaciones fundamentales (baños, bebederos, etc.). La simple constitución del cuerpo docente transformase en proceso algébrico que las computadoras no consiguen resolver debido a la permanente transferencia de los funcionarios, en constantes bandadas migratorias, transferencias, jubilaciones, enfermedades, etc. Se realiza el año lectivo con el elenco de disciplinas incompleto, resolviéndose esa irregularidad a través de la química de los registros escolares, con datos (frecuencia, notas, exámenes, etc.) fraudulentos (los registros, tanto escolares como burocráticos y contables son fraudados, de acuerdo con las necesidades de la administración o bajo la presión de la corrupción). El perjuicio causado a los alumnos (ausencia de ciertas disciplinas del currículo, por ejemplo) no se lleva en cuenta, no se aceptan reclamaciones por parte de las familias. En la escuela pública, la clientela, o sea, el pueblo, no puede interferir, ¡porque el funcionario público brasileño no tiene conciencia de que su sueldo proviene de los impuestos pagados por los ciudadanos! Por otro lado, el pueblo no tiene conciencia de que la «escuela pública» es su propiedad (impuestos) actuando como si recibiese un beneficio del gobierno (ver las influencias para obtener la matrícula: nunca una familia interpeló judicialmente al Poder Público para asegurar la matrícula de sus hijos). La dirección de la escuela se comporta arrogantemente con la clientela y los profesores no admiten críticas a su precaria actividad…


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