Lauro de Oliveira
Lima Editora Brasiliense. Colección “Primeiros Voos” Nº 9 /1982
Introducción.
El proceso
educativo comenzó como una simple puericultura
e iniciación tribal. Poco a poco se extendió
a lo largo del crecimiento del niño, alcanzando prácticamente todo el período
que antecede a la madurez. Se fijó de forma sistemática en los cursos elemental,
medio y superior, en un período de aproximadamente dieciséis años, de los seis
/ siete años a los veintitrés/ veinticuatro años. En este momento, hay un gran
aumento de este período para las edades menores (pre primario) y hacia arriba (posgrado),
sin mencionar la “educación de adultos”
y la “educación permanente”: llegamos,
entonces, a la educación total. No es
más el interés de una clase o un momento histórico que está en juego, sino el
destino de la humanidad. Llegó el momento de definir en qué consiste esta injerencia
en el comportamiento de los individuos, cómo son las personas y cuáles son las instituciones
y las personas que la realizan y con qué propósito, o sea, llegó el momento de
decir ¿QUÉ ES PEDAGOGÍA?
EL MÉTODO PSICOGENÉTICO
Parte I
... la pedagogía es
la práctica que tiene por objetivo interferir, intencionalmente, y de forma
sistemática, en el proceso generativo del ser humano, con el propósito de crear
condiciones para que se actualicen todas las posibilidades constructivas del
código genético en la presuposición de que: a) la construcción del individuo
resulta de interacciones del genoma (herencia y o medio ‘cósmico’, psicológico y
sociocultural) e b) el individuo va a actuar dentro de un grupo sociocultural
con determinado nivel de civilización, en transición, debiendo no solo asimilar
las reglas, valores y símbolos de su grupo (reproducción de la sociedad), sino
también actuar dentro de él para que prosiga su evolución (historia). En otras
palabras la ontogénesis (desarrollo del individuo, de la fecundación al estado
adulto) ocurre dentro del proceso filogenético (o histórico). Ambos procesos son
probabilísticos (dependen de interacciones imprevisibles, formas y contenidos),
no pudiendo colocar como meta (objetivo) de la educación un modelo final fijo
de individuo o sociedad a alcanzar. La evolución no va de alfa a omega, como supuso
T. Chardin: es apenas un proceso probabilístico, de auto regulación cuya dirección
(telenomía) depende a cada momento de la mayor probabilidad, aumenta a medida
que aumentan las posibilidades de combinación).
Observando lo que ocurre
en la ontogénesis (desarrollo individual) y en la filogénesis (historia de los
modelos de organización social), se puede decir que ambos procesos se construyen
en el sentido de una estructuración más
amplia y más estable con partes, elementos o subconjuntos cada vez más móviles,
lo que permite variaciones compositivas de comportamiento y de organización que
tienden para el infinito (“apertura para todos los posibles”). Este aumento de
operatividad (mayorancia progresiva) permite alcanzar los dos objetivos vitales
de los organismos vivos: a) la ampliación del espacio vital y b) el aumento del
nivel de seguridad (capacidad de enfrentar, con probabilidades progresivas de éxito,
las agresiones del medio y la entropía). Tenemos a nuestra disposición, no un
modelo acabado de HOMBRE y de SOCIEDAD como meta de la educación, sino la dirección
de la maximización y de la optimización del comportamiento individual (sensorio
motriz, verbal y mental) y del comportamiento colectivo (cooperación u organización
social y política de la sociedad). Es imprevisible (probabilismo) la forma que
tomará el comportamiento individual o colectivo en los grados sucesivos de maximización y de optimización (mayorancia), porque todo dependerá de los elementos en
juego. Lo que sabemos es que la progresión es un proceso de auto regulación (equilibración),
lo que permite crear, artificialmente (intencionalidad), situaciones de desarrollo
individual y de evolución colectiva: la intervención en el proceso consiste en la
desequilibración, precisamente lo que
ocurre en el proceso espontáneo (“El comportamiento como motor de la evolución”
– Jean Piaget).
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