El Profesor Lauro de Oliveira Lima falleció el 29 de enero de 2013. Nosotros, familia, amigos, colaboradores y admiradores, continuaremos a publicar en este blog material extraído de su vasta obra, para que su mensaje pueda alcanzar a más y más personas y, quién sabe, elevar a la Educación a un nivel de excelencia y resultados efectivos en pro de nuestros niños y adolescentes.

Por una educación a través de la inteligencia y abierta para todos los posibles…

miércoles, 22 de febrero de 2012

El Origen del Poder (Parte 3) [final]




 [Última Parte]

Capítulo 23
ORIGEN DEL PODER
“Os mecanismos da Liberdade” - Lauro de Oliveira Lima



 La dominación (y por lo tanto, el poder) proviene de una prótesis cualesquiera, creándose una reacción en cadena, de modo que cada prótesis adquirida implica en aumento de poder y cada aumento de poder redunda en la posibilidad del individuo adquirir nuevas prótesis. El “poder” es el mecanismo exterior a la relación que provoca aparente equilibrio donde realmente no existe. Esta reacción en cadena llevaría al individuo, grupo o clase al poder absoluto si, en un cierto momento, ese proceso circular no dejase de recibir realimentación. Con el tiempo, si no apareciesen mecanismos correctores, el grupo que domina el poder pasaría a ser una nueva especie, cuyo “alimento” sería la especie dominada... No obstante, esos mecanismos correctores aparecen. El desarrollo de la inteligencia, por ejemplo, la prótesis que mayores ventajas agrega a la capacidad de dominación, no se puede construir sin relaciones de reciprocidad, o sea, sin la supresión de la dominación. De este modo, en cierto momento, no interesa más a quién domina por la inteligencia dar continuidad a la dominación en detrimento de su desarrollo integral, y aun pudiendo decirse, mutatis mudandis de otras prótesis. En general, se espera que la reacción contra el progresivo aumento del poder de dominación sea una revolución de los dominados, lo que es poco probable, porque la dominación implica en el debilitamiento progresivo de la capacidad de reacción. El caso de la liberación de las mujeres, por ejemplo, es muy informativo.
 En cierto momento histórico o psicológico, comenzó a ser empobrecedor para el hombre-dominador el estado de dominación de la mujer - la convivencia con un débil mental, por ejemplo, es perjudicial o poco estimulante - , de modo que los propios machos más inteligentes comenzaron a promover el desarrollo de las mujeres por puro egoísmo. Los historiadores afirman que la abolición de la esclavitud tiene una explicación semejante… La necesidad del sistema capitalista de colocar a la mujer en la producción (sociedad de consumo, mano de obra barata, convocación de los hombres para la guerra, etc.) llevó al establishment a promover el desarrollo de la mujer, hecho que crea una reacción en cadena capaz de  llevar a la mujer a buscar su propia liberación. Todo eso puede ser repetido en relación a cualquier clase o grupo social dominado: no hay ningún ejemplo histórico de que cualquier grupo social muy oprimido se haya libertado sin que el proceso haya sido iniciado por el interés (casi siempre inmediatista) del propio dominador. Los empresarios actuales comenzaron a comprender, por ejemplo, que mantener una rígida jerarquía y la dominación brutal no es de su interés a corto plazo. La dominación los priva de la buena voluntad, de la creatividad y de la cooperación de los subordinados, hecho que los lleva a permitir y estimular actitudes de  autonomía (por lo menos crea mecanismos de “promoción humana” y de “relaciones humanas” que, por más hipócritas que sean, inician un proceso a largo plazo de rebeldía contra la dominación). Para el conflicto, la solución es la asociación y el contrato social (la democracia).
 Pero los organismos vivos no inician la vida abruptamente: hay siempre un período mayor o menor de crecimiento. La primera prótesis ontogenética que da ventajas a algunos individuos sobre los otros es la condición de “progenitor” y de “educador”, prótesis que, en términos antropológicos, se denomina gerontocracia. Se puede, entonces, decir que la dominación, o el poder, tiene su origen biológico (ontogenética) en la paternidad, y la filogenética en la gerontocracia y no simplemente en la desigualdad económica y en la usurpación de la plusvalía (lo contrario es que debe ser verdadero: el poder permite la usurpación). Así, no se elimina la dominación simplemente al evitar la desigualdad económica… ¡Tanto es así que el propio Marx juzga que los oprimidos pueden rebelarse contra esta usurpación y corregir la situación… mediante la toma del poder! Después de la posesión  del poder se iniciaría la homogenización económica… El fenómeno del poder es mucho más complejo y tiene orígenes mucho más profundos. Cuando Marx envistió, por ejemplo, contra la religión, admitía consciente o inconscientemente que el estado de dominación de los oprimidos no se explica apenas por las desigualdades económicas. Lo que los marxistas llaman “alienación”, la psicología hoy explica como un estado de “infantilización”... todo dominador es, en el fondo, un padre (cariñoso o brutal, como son los padres). La libertad, es antes que todo, la muerte del padre (sea cual sea la naturaleza de la paternidad). El individuo sólo es adulto cuando no reconoce más paternidades, o sea, cuando deja de ser hijo. La mística de la paternidad humana domina avasalladoramente donde la dominación no resulta de la simple coacción física. Casi siempre la propia dominación física no dispensa una ponderable dosis mística de relación paternal, comenzando por la universal  convicción de que Dios es el padre de todos los hombres, con poderes absolutos de premiar y castigar... La comprobación de que hubo esta independencia es el conflicto, y su solución, el acuerdo, o sea, la relación democrática en la que las partes se tratan con respeto mutuo (“moral de la solidaridad” frente a la “moral heteronómica del deber” - Jean Piaget).
 ¿Cuáles son las funciones básicas del padre? ¿Cuáles son las funciones útiles y biológicamente indispensables mientras el hijo está en crecimiento y es aun incapaz de proveer su propio sustento y defenderse de las agresiones del medio? Son las mismas funciones ejercidas por el útero. Son precisamente las que corresponden al funcionamiento autónomo de todo organismo: [a] alimentar. [b] proteger y [c] desarrollar al hijo, de modo que, trasponiendo el problema para el nivel sociocultural, se pueda distinguir, en el origen, tres tipos básicos de dominación o de poder: [a] económica (alimentación), [b] educacional (desarrollo) y [c] política (defensa). Cuando, en la adolescencia se manifiestan los primeros síntomas de rebeldía, los padres invocan, invariablemente, su “obligación” de alimentar, orientar y defender al hijo, que para ellos es “aun” incapaz de sobrevivir de forma autónoma. Esto revela un aspecto ambivalente en la dominación, aspecto que aparece claro en la propuesta tecnócrata de una sociedad organizada por una clase social más sabia: es la noción de paternidad transportada para el nivel sociológico.
 Los tiranos también apelan para este tipo de argumento: desarrollo (alimentación), seguridad (defensa) y pureza ideológica (orientación), argumentos que mascaran la dominación. Cuando esta dominación biológica (ontogenética) pasa a ser sociológica (filogenética), tenemos los tres sistemas básicos de dominación existentes en la sociedad: [a] la que comprende la posesión de los medios de producción (dominación económica), [b] la que comprende la ideología del grupo (religión, educación, tabús, valores, costumbres, etc.), [c]  la que comprende la organización social, cuya finalidad es la pretensa defensa de los derechos del individuo inerme delante de los más fuertes, defensa que se realizará por los que tienen el poder máximo - el Estado y su burocracia, sobre todo la policía, que es autorizada a usar la violencia. Básicamente, aun del punto de vista biológico, el poder del padre se expresa por su poder de “disciplinar” (fuerza física) que corresponde, en el orden sociológico, al poder ejecutivo (poder armado), de modo que, en último análisis, todo poder es coacción (asimilación). El propio padre, a cierta altura, no podría continuar a ser padre (protector) sin la capacidad de coacción, lo que muestra la farsa de las alegaciones de protección... Cuando el poder de coacción basado en la fuerza corre peligro, el padre usa el “poder económico” para darle nueva solidez (del punto de vista sociológico, ese fenómeno aparece como “estatización”).
 Pero, más que el poder económico (que es exterior), es el poder ideológico (adoctrinamiento) que garantiza la dominación, ya que es la organización de las relaciones sociales. Debe entenderse que lo político es la esencia del poder, razón por la cual el Estado (expresión del poder político) se fortalece en la línea de absorción progresiva de estas dos otras formas de dominación. La censura (negativa) y la propaganda (positiva) gubernamentales, por ejemplo, son las formas de “estatización” de la pluralidad ideológica de la sociedad (el totalitarismo político lleva al totalitarismo económico y este, necesariamente, al totalitarismo ideológico), ya que la última razón del poder es la fuerza. La fuerza es simplemente la manifestación de la capacidad de asimilación del objeto.
 El poder es básicamente la fuerza (capacidad de dominar), ya sea que esta fuerza provenga de las bayonetas, o del control económico (alimentación) o ideológico (dominación del “alma” del dominado). El “altruismo” de los padres que alimentan, protegen y educan a sus hijos, refleja apenas los mecanismos de la función básica del organismo vivo que es asimilar todo y todos, sea por la fuerza, o por procesos económicos o ideológicos... Los hijos son la ampliación del espacio vital de los padres en el tiempo y en el espacio, no teniendo la relación padres-hijos la “sublimidad” que se le pretende atribuir, de la misma forma que no son altruistas o magnánimos los cuidados del tirano paternalista: ambos cuidan apenas de la conservación y mantenimiento de su “territorio”, como el señor de esclavos cuida de alimentarlos porque  son un bien económico que debe ser preservado.
 El Estado tradicional encarna básicamente el poder político, para esto dispone apenas de la fuerza pura. En este Estado tradicional, el poder económico aun naciente (productores, transportadores, comerciantes) y el poder ideológico (educadores, sacerdotes, artistas, científicos, etc.) se conservan más o menos autónomos, ya que no cuestionan el poder del estado. En general, esos dos poderes se abrigan bajo la protección del Estado, dispensándose el Estado de controlarlos. Así, el poder político es siempre dominador, pudiendo, a cualquier momento, asumir el poder económico (estatización) y el poder ideológico (censura y propaganda) – o sea, totalitarismo. Pero no es fácil para el poder político dominar a los demás. Es mucho más difícil aun el poder económico e ideológico dominar al poder político. Tradicionalmente, el poder económico se impone al poder político por la corrupción, de modo que no es verdad que el poder provenga  de la posesión de los medios de producción, como afirman ciertas doctrinas. La lucha del poder ideológico es contra el poder político, primero, por medio de lo sagrado y, después de por medio de la racionalización progresiva (ciencia) de los procesos de producción y de gobierno. Frecuentemente, entretanto, el poder político se exacerba y domina a todos los demás, tendiendo modernamente a tornarse totalitario.
 El gran padre es el poder político. En todas las instituciones (educacionales, gubernamentales, económicas, etc.) se reproduce el mismo modelo básico. En una empresa, por ejemplo, se puede identificar el poder político en los gerentes y jefes, el poder ideológico en los técnicos y el poder económico en los capitalistas - pudiendo el equilibrio no ser lo que se presenta en la macro estructura, porque el capitalista, por ser propietario de los medios de producción, puede sobreponerse a los técnicos y determinar el comportamiento de los gerentes y jefes. Esto puede ocurrir ocasionalmente también en el plan gubernamental: una gran empresa le puede determinarle comportamientos al poder político, aunque el poder político no utilice la fuerza para dominar al poder económico. La sociedad anónima es una especie de “estatización” de los bienes de una empresa privada (con la sociedad anónima, desaparece el capitalista, o sea, el poder económico autónomo). La experiencia muestra que eso en nada modifica la estructura de dominación de las empresas. Los gerentes (el poder político) continúan a actuar como si fuesen capitalistas… El problema está siempre en la democratización del poder político, una vez que con este poder está controlado todo es posible en materia de “negociación”... Si el poder se mantiene bajo el control de los miembros de la sociedad (democracia), todo el resto puede ser controlado por la ascendencia que la política tiene sobre lo económico y lo ideológico. El problema es saber cómo se puede mantener la democracia delante de la amenaza permanente de la fuerza física… que predomina en el poder político (poder ejecutivo).

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